lunes, 28 de septiembre de 2009

Domingo Rojo

A pesar de la hora (son las 2 AM) aún se oyen los bocinazos y algún que otro grito victorioso postrero. Gracias a la torpe campaña política llevada adelante por Ciarrochi el último mes, mi pronóstico no se dió del todo. Es que atacar a la juventud, por el solo hecho de ser joven nunca fué y espero que nunca sea un argumento de peso. En lo demás acerté. Finalmente se dió el 1-2 histórico y terminaron peleando Caggiano y Mozzoni, al punto que (afortunadamente) no tendremos que ver mas al estudiante de derecho en el Concejo.
Tiempo de replanteos para unos cuantos.
En primer lugar para el campamento Clericista, atento que a duras penas consiguió una banca, y eso que el gasto en publicidad y tiempo de funcionarios fué tremendo. Ah, me olvidaba, Mozzoni y sus chicos festejaron el segundo puesto como si fuera la final del mundo... pero a mi me pareció mas un desahogo que un festejo. En realidad, si consideramos la relación inversión - producto la psicóloga perdió y así debe entenderlo.
Tiempo de cambios (si es que aún queda algo por cambiar) en el campamento justicialista. Quizas ahora finalmente entiendan que lo que tienen no sirve, que es necesario buscar caras, ideas y liderazgos nuevos, que hoy en día ya no se ganan elecciones con caudillismo (Facundo Quiroga murió hace tiempo). Con todo respeto y de corazón (yo me entiendo) les digo que es hora de comprender y aceptar que perdieron, que estan fuera, que su tiempo (si es que tal tiempo existió verdaderamente) ya pasó. Las huestes de calle Lavalle fueron derrotadas por Stella Clerici en una interna y ahora fueron arrasadas por el radicalismo y por los delfines de Clerici en una elección abierta. Si siguen esperando, no va a quedar mas nada por perder. Es cierto que aún mantienen al Senador, pero si no comprenden el claro mensaje de las urnas ni eso va a quedarles.
Por último, no puedo obviar lo acontecido en la vecina ciudad de Armstrong. Allí ocurriò lo increible, lo impensado, Fischer fue derrotado y por un radical. La verdad, queridos y sufridos lectores, hoy me gustaría ser radical y vivir en Armstrong, si así fuera estoy seguro que en este momento creería que todos los sueños son posibles.
No se que piensen Uds. pero me parece que este domingo de lluvia será recordado por mucho tiempo.

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